Cultivo dinámico
Cada vez se habla más de agricultura dinámica. Pero, ¿qué significa realmente? A menudo se refiere al uso variable de iluminación de asimilación, pero también engloba la temperatura, y más concretamente la temperatura de la planta.Sin embargo, estas cuestiones no son nuevas en el mundo de la horticultura: desde que cultivamos en invernaderos, intentamos crear las mejores condiciones para que las plantas crezcan en condiciones óptimas. Y sin darnos cuenta, ¿no estábamos aplicando ya la agricultura dinámica desde hace mucho tiempo, solo que sin llamarla así?

Las plantas suelen estar en un punto fijo del invernadero durante largos periodos de tiempo. No pueden desplazarse por sí solas si las condiciones no son óptimas. El cultivador tiene que intentar crear el clima ideal para la planta en todo momento. Si no lo consigue la plata reacciona, por ejemplo cambiando la dirección de crecimiento, creciendo de forma más lenta, estirándose o decolorándose. Para evitarlo, trabajamos constantemente para conseguir un clima de cultivo lo más estable posible durante el día. Antiguamente esto se generaba con las herramientas existentes, pero ahora parece que queremos alejarnos de ese enfoque. Aunque me pregunto si es cierto... yo diría que ya cultivábamos de forma dinámica sin darnos cuenta ni hacerlo a propósito.
Creación de la temperatura adecuada
Ahora que disponemos de más sensores y que son más precisos, podemos medir y comprender cada vez mejor el clima en el invernadero, y sobre todo alrededor de la planta. La mayoría de los cultivadores saben que el tipo de fuente de luz influye mucho en la temperatura de la planta y del sustrato. El calor radiante sube la temperatura de plantas y sustrato sin afectar a la temperatura ambiente. Si se realiza un seguimiento de la temperatura del sustrato y de la planta, se puede constatar que fluctúa a lo largo del día. La temperatura de la planta aumenta rápidamente si permitimos que le dé el sol y vuelve a bajar cuando le damos sombra, independientemente de la temperatura que indique la caja de medición.
Intentamos mantener la temperatura ambiente medida dentro de los límites establecidos, y para ello usamos sistemas de calefacción, ventilación, blanqueo, tamizado y/o humidificación. Pero con la llegada de la iluminación LED, hemos constatado que la temperatura de las plantas y del sustrato tarda más en detectarse, y que a veces incluso pasa desapercibida. Esto provoca que el cultivo acumule menos calor, y por tanto crezca más lentamente. Esto se podría remediar aumentando ligeramente la temperatura ambiente, para calentar más la planta y su entorno.
Sin embargo, cuando la caja de medición vuelve al valor deseado, no se aprecia la diferencia entre las temperaturas de planta, sustrato y aire. Una diferencia que sí se mantiene con calor radiante, que facilita o da lugar a una mejor evaporación. Y una evaporación adecuada, a su vez es esencial para múltiples procesos internos y externos de la planta. La cuestión es si esta evaporación es realmente necesaria. No es fácil aumentar la diferencia entre la temperatura ambiente y la de la planta para favorecer la evaporación/secado. Estamos estudiando qué impacto tienen en las plantas actuaciones como la deshumidificación, la circulación del aire o jugar con los ajustes de humidificación.
Progresión dinámica
Es interesante observar qué ocurre si aplicamos cambios dinámicos de temperatura a lo largo del día: es decir, ir aumentando la temperatura durante el día (por encima del valor objetivo) y reduciéndola al caer la tarde y por la noche (por debajo del valor objetivo), de modo que la temperatura de la planta en el conjunto de las 24 horas cumpla el valor objetivo. Este proceso consume mucha menos energía. Al centrarnos en la temperatura de la planta y del sustrato, en realidad estamos haciendo algo que antes ocurría de forma natural, al menos en parte. Curiosamente, varios estudios demuestran que este ámbito todavía tiene potencial. La planta se vuelve más resistente y aprovecha este proceso más de lo que pensábamos. Por tanto, podemos aplicar un control dinámico de la temperatura sin que la planta reaccione negativamente. En cierto modo, es como si el alcance entre los valores mínimo y máximo de la temperatura fueran más amplios y la planta/sustrato, una especie de batería.
En cuanto a la iluminación dinámica, puede resultar más beneficioso apagar o encender las luces a determinadas horas, en función de los precios de la energía. Esto también es un cambio: hasta ahora se solía intentar mantener la máxima estabilidad posible durante el día para que la planta creciera de forma óptima, pero el precio de la energía ha subido tanto que merece la pena investigar qué fluctuaciones puede soportar la planta. Ya se han hecho esfuerzos considerables para reducir los costes, por ejemplo sustituyendo lámparas SON-T por luces LED. El enfoque dinámico es el siguiente paso. Parece que nuestros cultivos ofrecen oportunidades en ese sentido, siempre que no nos pasemos: la iluminación de asimilación tiene sus límites. Aunque incluso estos límites pueden abordarse de forma dinámica: ¿cuánto cuesta la energía, y cuánto retraso del crecimiento y decoloración estamos dispuestos a aceptar en el cultivo? Y algo tal vez más importante: ¿se puede compensar un posible déficit en los días siguientes? Son preguntas legítimas que aún no tienen una respuesta clara y que requieren que hagamos más pruebas.
El futuro
También ayuda el hecho de que cada vez hay más sistemas LED con atenuación continua, y aumentan las instalaciones que los aplican en tres o hasta cuatro colores de luz diferentes, lo que plantea inmediatamente nuevas preguntas. ¿Se pueden atenuar ciertas longitudes de onda más que otras en determinados momentos, o incluso apagarlas por completo durante un tiempo? ¿Puede salir a cuenta utilizar otro espectro de colores? La respuesta corta: sí, se puede. La respuesta larga es un poco más complicada. Observamos diferencias según la variedad. No todas reaccionan igual, así que hace falta investigar más, sobre todo si tenemos en cuenta que las combinaciones posibles son prácticamente infinitas. Aun así, ahora ya puede ser beneficioso en determinados momentos aumentar el porcentaje de rojo, o disminuir los porcentajes de rojo lejano, azul, verde (o blanco).
Reemplazar las lámparas SON-T por LED también nos hizo darnos cuenta de que necesitamos cultivar de forma dinámica, ya que tenemos que aplicar a consciencia algo que antes ocurría de forma más o menos automática. Al mismo tiempo, el cultivo dinámico nos da la oportunidad de cultivar cada vez más siguiendo ciertas recetas que se adaptan a etapas específicas del cultivo, aprovechan los recursos disponibles y nos orientan hacia los resultados que queremos conseguir. En conjunto, la transición al cultivo dinámico no es solo un reto, sino también una oportunidad para perfeccionar el cultivo y prepararlo para el futuro.
