Alteraciones fisiológicas

Pero también pueden tener otras causas, como daños mecánicos (por ejemplo, que una hoja joven se quede atrapada en el peciolo), carencias o excesos de uno o varios elementos nutritivos, o la presencia de contaminantes como el etileno en el aire. Los pesticidas también pueden causar daños o anomalías en la flor o la hoja.

Información general

Una planta (o parte de una planta, como una hoja) tiene mecanismos para protegerse de condiciones adversas como temperaturas demasiado altas o demasiado bajas, o un exceso de luz. La hoja produce antocianina para aumentar su resistencia a estas condiciones, y eso provoca que cambie el aspecto de la planta. Por ejemplo, la hoja puede adquirir tonos rojizos. Esta reacción tiene que ver con la adaptación y no es necesariamente perjudicial por sí sola, pero para nosotros afecta a la percepción de la calidad.

Podemos dividir las alteraciones en el cultivo de Phalaenopsis en alteraciones foliares o vegetativas y alteraciones de tallos y flores o generativas. Estas últimas son las que trataremos hoy.

Alteraciones en flores y tallos

Tallos enganchados:

Los tallos deben crecer rectos hacia arriba, pero a veces no ocurre así y justo en una ramificación o yema aparece una curvatura muy evidente a partir de la cual el tallo crece torcido. No sabemos cómo funciona exactamente este mecanismo, pero hay una serie de circunstancias que pueden aumentar la probabilidad de que ocurra:

• Sensibilidad según la variedad

• Uso de hormonas de floración (BAP u otra hormona vegetal del grupo de la citoquinina)

• Condiciones de crecimiento secas o difíciles: observamos estos síntomas con mucha más frecuencia en primavera que en otras estaciones. A menudo, la causa es la presencia repentina de la luz, combinada con una humedad relativa baja en la primera ventilación.

• Baja temperatura en la fase de desarrollo de los tallos.
  

En las variedades sensibles, se recomienda no utilizar hormonas de floración como BAP y mantener la humedad a un nivel ligeramente superior durante la fase de terminación a principios de la primavera, procurando que la temperatura mínima sea de 21,0 °C.

Tallos vacíos: 

A veces se inducen tallos, pero crecen sin desarrollar yemas. Los conocemos como "tallos vacíos". En muchos casos esto parece ser debido a una falta de asimilados que provoca la caída de los brotes, pero aquí pasa otra cosa: los brotes ni siquiera se desarrollan. Se trata de un fenómeno que hemos detectado en condiciones de poca luz combinadas con una temperatura demasiado baja. El frío detiene los procesos metabólicos que consumen más energía, justamente los más importantes para el desarrollo. Por tanto, no se trata de un desequilibrio energético: sospechamos que tiene que ver con los procesos de síntesis y degradación de enzimas.

Tallos frágiles:

Normalmente, los tallos tienen una cierta flexibilidad, pero los que conocemos como frágiles, no: son muy rígidos y se rompen a la más mínima presión exterior. También puede ocurrir que el tallo se rompa al crecer (véase la foto). Debido a la presión de turgencia en el tallo y a la elongación, el tallo literalmente se abre creando una hendidura. En algunos casos el tallo puede llegar a romperse por completo. La causa suele estar en el hecho de que las variedades con gran crecimiento de tallo (por ejemplo, las de flor grande) sufren carencias de calcio, también conocido como el "cemento entre las células". Otra causa de fragilidad en los tallos puede ser que la planta reciba un exceso de nitrógeno en la última fase del cultivo y las células crezcan demasiado rápido, con lo que no tiene tiempo suficiente para reforzar las paredes celulares con celulosa o lignina. Esto provoca que el tallo parezca grueso y robusto pero en realidad sea muy frágil.